Gracias a aquel "Sí", pronunciado por María Santísima, el mundo obtuvo la salvación. La humanidad fue redimida y el Reino de Dios se hizo realidad en medio de la humanidad entera. Nunca terminaremos de agradecerte lo suficiente por tan magnífico don.
Gracias Madre mía porque con tu "Sí" has dado al mundo que yacía en tinieblas y en sobras de muerte la Luz de la vida.
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